sábado, 10 de diciembre de 2011

La multiplicidad de términos y su problemática

Violencia doméstica y violencia (intra)familiar

Ambos términos determinan los actos violentos que se originan en el seno de un hogar y que se producen de un miembro de la familia contra otro. Entendiendo la familia como el núcleo cerrado por la pareja y/o descendientes, incluyendo normalmente los ascendentes de cada miembro del matrimonio. Por lo que este concepto no delimita la violencia que se pretende en este escrito. En este tipo se engloban la violencia contra la infancia o contra las personas dependientes y ancianos.

La violencia doméstica, por el uso cotidiano del término, ha derivado a otro significado más concreto. Se utiliza para referirse a la violencia conyugal o violencia dentro de la pareja. Esto sigue sin delimitar el asunto pero se ciñe más a ella. También cabe destacar que aunque, por norma general, esta violencia doméstica ha sido tenida en cuenta para determinar la violencia del marido a la mujer, el término “doméstica” hace alusión a que dicha violencia solamente es producida dentro del hogar conyugal. Se observa una clasificación discriminatoria de esta violencia ya que no solo ocurre “de puertas para adentro del hogar” sino que la violencia de la mujer contra el hombre no se queda reducida, en consecuencia, a esas cuatro paredes. En la actualidad esta expresión ha quedado desfasada ya que la violencia de género está considerada un problema social. Por otra parte, la partícula “intra” en violencia intrafamiliar también connota este aspecto de que la violencia se da “hacia adentro” de los límites familiares.

Violencia de género

Término más utilizado por la prensa española para hacer públicos los casos en los que esta violencia acaba con la vida de una mujer. La expresión “violencia de género” es criticada por ser una expresión ambigua y vaga para referirse a la violencia de hombre contra mujer, ya que ésta puede referirse a la violencia practicada desde ambos sexos; cuando, según organizaciones contra la violencia de la mujer, no existe simetría entre ambas violencias, siendo más común la violencia ejercida por el hombre a la mujer que en el caso contrario. Esta crítica se extiende a términos como violencia sexista, violencia de pareja o conyugal. Estas dos últimas haciendo referencia a que existe una relación emocional entre ambas personas.

Violencia contra la mujer (en la pareja)

Esta violencia está generalizada mundialmente y no atiende a grupos sociales segmentados por niveles económicos, culturales o de cualquier otra consideración.
El maltrato no puede estar relacionado con el término conflicto. En un conflicto participan ambos miembros de la pareja y forma parte de las dificultades a las que se enfrenta, implica reciprocidad y una posterior solución. Pero el término maltrato implica que el agresor siempre es el mismo, la violencia en el maltrato es unilateral. En la violencia contra la mujer subyacen causas como el machismo, la baja consideración que el hombre tiene hacia la mujer o los condicionamientos sociales tales como la estructura patriarcal, los valores morales,….

Todos estos condicionamientos están ya en el agresor antes de darse la violencia contra la mujer, por lo que se determinan ciertos casos de violencia en el noviazgo. Este tipo de violencia es un maltrato de baja intensidad antes del matrimonio, basada en el maltrato psicológico y emocional que queda reducido al conocimiento de la que lo sufre y del que lo produce. Por lo que se considera que es el germen de la violencia machista. Actualmente, la intensidad de este maltratose está incrementando.
La violencia de la mujer (en la pareja) tiene su análogo en “la violencia contra el hombre (en la pareja)” por lo que parece ser el mejor término para definir este tipo de violencia. Existe igual dualidad con “violencia machista”, que es “violencia hembrista”; pero no se utilizan tanto, principalmente porque el segundo es poco conocido y confuso.

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